viernes, 28 de enero de 2011

En el pecho palpita un temor anquilosado que clava sus uñas en alguna parte entre los pulmones y el corazón; es sólo su presencia, su aliento de alquitrán y dudas, lo que me hace estremecer ahora bajo estas sábanas tan vacías de ti. Lo llevo como constante de esta ecuación de tres al cuarto en que a veces nos convertimos, de bares de carretera y baños de baldosas pintadas contra las que empujo los celos, los celos de escuchar tu voz y no poder tocarla, tan lejos estás, tan lejos te siento, mientras otros, y otras, se mueren de ganas y tú, mientras, te dejas. En las ventanas bailaban letras blancas, que alguna vez fueron naranjas, y otras violetas, y yo ya no distingo cuáles hablan de mí y cuáles de mí antes de ti. Tú te sonríes cuando hablo de no sé qué espiral y tantas otras banalidades de invierno, sin comprender del todo bien, y te muestro el alma blanca apuntándome como prueba del delito. Las promesas que jamás me atrevería a romper atadas con las preguntas que tengo miedo que respondas, como un racimo de consecuencias, de reacciones de mi cuerpo a tu saliva. De tantas veces que lo repetí dejaste de analizar el significado de mis palabras, tú no lo entiendes. Pero yo lo sé, ya no es sólo una intuición muda. La certeza de que no combatiré en algunas guerras porque no puedo dejar de pensar en tus ojos. Paralizada. Crystalised.



(so don't think that I'm pushing you away.)

martes, 11 de enero de 2011

trust.

No tengas miedo, pequeña, todo pasará.
Te lo prometo, te lo prometo.

O eso espero.