martes, 14 de julio de 2009

Natalia perdió la verguenza a los dieciséis, y a los veintiuno pervierte sus razones en un cabaret de mala muerte del más degenerado de los Berlines. De madre alemana y padre irlandés, Natalia, que tenía una abuela española a la que le gustaba tanto el ron como cambiar de marido, y de la que heredó el nombre en un arranque de circo de variedades por parte del tío paterno favorito de su madre (tanto que acabaron en la cama sin más premisas que sus propias ganas), ha encontrado quien le rasgue las vestiduras cuando se pone tonta. Y es que a Javier, hasta la fecha, ninguna mujer le ha puesto los puntos sobre las íes. Pero Natalita, con sus ganas de joder a la vista, igual no solo se lleva una buena hostia por parte del destino, si no que igual se la pega al tipo que en su vida ha rendido cuentas a nadie.

2 comentarios:

corey dijo...

wow, en verdad que me gusto leerte nuevamente, no pense hayar una actualizacion tan rapido, pero igual he decidido pasear. gracias por el post.
estare muy pendiente, hasta entonces, mis mejores deseos.
T.S.S. Corey

Dara dijo...

Este texto es mío, te rogaría que, por favor, o me dieras crédito o lo borraras de tu blog.

dara