jueves, 3 de junio de 2010

Por qué.
Estás sola, me cago en la puta, jodidamente sola, y soltar un puñado de palabras hostiles no va a hacer que te sientas mejor.
Estás sola, porque resulta que no hay nadie ahí cuando realmente lo necesitas, que te tienes que comer tus problemas uno a uno y en silencio, encerrada en tu cuarto a oscuras porque como abras los ojos y te des cuenta de que sigues en esta habitación de mierda vas a reventar.

Venga ya. Parece mentira. ¿Es que tengo que gritar más fuerte? No, ya no puedo más.
Por favor, escúchame. Tú nunca vienes a salvarme, y últimamente no soy capaz de salvarme sola. Joder. Que un día lloraré para ti y se te caerá el mundo a los pies. Te lo juro. Ya está bien de lágrimas ahogadas contra la almohada, de respiración entrecortada y palpitaciones anónimas. Que aunque no lo veas, existe.
Joder.
Joder.
Joder.
Que necesito vomitarme y ni siquiera las letras me calman. ¿Dónde están esas líneas que me vaciarán, que tienen que arañar todo lo que tengo dentro? Dónde. Volved, ahora. Quiero clavaros en un puto papel, repasar vuestro contorno una y mil veces hasta que no seáis más que un borrón de tinta azul. Y después dormir.
Mierda.



Tranquila, por favor. Tranquila.

1 comentario:

R. dijo...

Hay que verse con el agua al cuello para aprender por fin a nadar.




:*.