jueves, 18 de septiembre de 2008

Sanatorium 2.0

Había sucedido otra vez. Los muros… los muros le estaban hablando. No– las paredes no… lo que fuera que estuviera en ellas. Los ojos desorbitados por el miedo, se estaba comenzando a marear. En medio de la confusión se golpeó contra algo y miró hacia arriba; no había nada allí. Su terror aumentó.

Corrió. La puerta desapareció. Él golpeó el muro, gritó, lloró, lo intentó todo para escapar. Nada de aquello funcionó, estaba atrapado. Solo.Solo no. Con ella. Se estaba acercando.Aquella pequeña muchacha. Había venido a matarlo. No, iba a hacer algo mucho peor que eso. Él cayó al suelo. El hermoso, frío suelo. Yació allí, jadeando pesadamente. No podía respirar.


¿Necesitas ayuda, Ben?


Una voz inocente


Levantó la vista e intentó gritar, pero ningún sonido abandonó su garganta.


Bang, ¿estás bien? ¡¿Bang?! ¡BENJAMIN! Dios mío, Ben… ¡Ben, levántate! ¡¡Eh, que alguien lo ayude!! ¡Algo va mal!


El aludido se levantó a duras penas y golpeó el suelo con los puños, rabioso. El hermoso, frío suelo.





No puedes estar a salvo una vez que se ha metido en tu cabeza

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